El gran sueño perdido.

 Relatos sobre futuro profesional.



Un niño llamado Salvador estaba volcado completamente en el fútbol.
Su sueño era llegar a ser futbolista profesional como su ídolo Cristiano Ronaldo.
Sus amigos siempre lo criticaban, decían que era muy mal jugador y que estaba en el fútbol porque su padre era entrenador, pero a pesar de eso, él seguía ilusionado.
Al cabo de unos meses, vio anunciado en la televisión que su ídolo venía a Sevilla a hacer una prueba a varios jugadores para ver si eran buenos futbolistas o no y llevárselos a equipos profesionales. Llego el día de la prueba y le tocó a él.
Hizo los ejercicios que Cristiano le dijo, Salva creyó que los hizo bien y que le iban a decir que era buen jugador pero, no era así: le dijeron que no servía para ese mundo y que mejor se volcara en otra cosa. Salva se desilusionó por completo y dejó el fútbol de lado, se centró en los estudios.
Pasaron unos años, Salva se sacó la ESO y ya estaba en 2º de bachillerato.
En el instituto colgaron un cartel de un partido benéfico en Haití, para recaudar dinero para allí y Salva se apuntó.
Al mes fueron a Haití, se iban a quedar allí una semana. En esos días que estuvieron allí, Salva se dio cuenta de la pobreza que había y de que había muchos niños enfermos. Le dio tanta pena que fue a la aldea donde estaban Médicos Sin Fronteras para informarse de qué había que hacer para entrar allí.
Cuando volvieron a España, Salva decidió que quería ser médico para ayudar a los niños enfermos.
Luchó mucho por sacarse la carrera de medicina y tuvo que hacer trabajos repartiendo publicidad por las casas para pagarse la carrera. Cuando por fin se la sacó, se apuntó a Médicos Sin Fronteras, viajó a muchos países ayudando a los niños.
Salva se sentía muy satisfecho por poder ayudar a personas necesitadas.

Eva Arteaga Pleguezuelo.