Los sueños

Relatos sobre el futuro profesional.

Lidia era una niña de trece años de Sevilla. A ella le gustaba mucho la Biología pero por motivos familiares se había despreocupado de sus estudios durante meses.
Al volver a retomarlos la metieron en Diversificación. Cuando Lidia empezó a estudiar se dio cuenta de que cada día le gustaban más las Ciencias, pero había un problema que era que Diversificación no le daba el nivel de Ciencias que ella necesitaba para el Bachillerato y que la gente no la creía capaz de poder estudiar Tanatología que era lo que ella deseaba.
Empezó a dar clases por las tardes de Ciencias para poder conseguir ese nivel que le faltaba y a esforzarse para conseguir sus sueños. Se matriculó en el Bachillerato de Ciencias y el primer trimestre le costaba mucho, puesto que ella no había dado las mismas materias que sus compañeros. En el segundo trimestre le fue cogiendo el hilo y empezó a enterarse mejor de las cosas. En el tercero al darle las notas recibió una grata sorpresa puesto que las había aprobado toda.
Años mas tarde Lidia terminó el segundo de Bachillerato con buenas notas, hizo Selectividad y pudo meterse a la Universidad.
                                  
                                                              Lidia Terroba Macias

El gran sueño perdido.

 Relatos sobre futuro profesional.



Un niño llamado Salvador estaba volcado completamente en el fútbol.
Su sueño era llegar a ser futbolista profesional como su ídolo Cristiano Ronaldo.
Sus amigos siempre lo criticaban, decían que era muy mal jugador y que estaba en el fútbol porque su padre era entrenador, pero a pesar de eso, él seguía ilusionado.
Al cabo de unos meses, vio anunciado en la televisión que su ídolo venía a Sevilla a hacer una prueba a varios jugadores para ver si eran buenos futbolistas o no y llevárselos a equipos profesionales. Llego el día de la prueba y le tocó a él.
Hizo los ejercicios que Cristiano le dijo, Salva creyó que los hizo bien y que le iban a decir que era buen jugador pero, no era así: le dijeron que no servía para ese mundo y que mejor se volcara en otra cosa. Salva se desilusionó por completo y dejó el fútbol de lado, se centró en los estudios.
Pasaron unos años, Salva se sacó la ESO y ya estaba en 2º de bachillerato.
En el instituto colgaron un cartel de un partido benéfico en Haití, para recaudar dinero para allí y Salva se apuntó.
Al mes fueron a Haití, se iban a quedar allí una semana. En esos días que estuvieron allí, Salva se dio cuenta de la pobreza que había y de que había muchos niños enfermos. Le dio tanta pena que fue a la aldea donde estaban Médicos Sin Fronteras para informarse de qué había que hacer para entrar allí.
Cuando volvieron a España, Salva decidió que quería ser médico para ayudar a los niños enfermos.
Luchó mucho por sacarse la carrera de medicina y tuvo que hacer trabajos repartiendo publicidad por las casas para pagarse la carrera. Cuando por fin se la sacó, se apuntó a Médicos Sin Fronteras, viajó a muchos países ayudando a los niños.
Salva se sentía muy satisfecho por poder ayudar a personas necesitadas.

Eva Arteaga Pleguezuelo.

EvaMaría

Relatos sobre el futuro profesional.

Eva y María son dos chicas de 4º de la ESO que están en la misma clase y que por casualidad las dos quieren ser en un futuro profesoras de guardería. Ellas en clase siempre se ayudan entre ellas para ir al mismo nivel, pero sobre todo porque son muy buenas amigas fuera del centro.

Por fin, Eva (la mayor) empezó a trabajar en una guardería de su propio pueblo, ya que sus notas y esfuerzo se lo permitieron. En cambio, María no estudió lo suficiente, pero montó su propio negocio: una peluquería.

Tras un año entero trabajando, empezó a darse cuenta de que no estaba a gusto ni como ella deseaba por el mal trato que tenía su jefa hacia ella, porque no le gustaba tener que hablar todos los días con los padres y porque se agobiaba con tantos problemas de los niños más pequeños, así que le pidió ayuda a su amiga María, para que le ayudara a encontrar un trabajo. La casualidad fue que ella estaba buscando una empleada sustituta que se encargara del lavado de cabello a los clientes, así que María le dijo a Eva que practicara y fuese informándose de los tipos de cabellos, de los champús que debía utilizar...

Día a día se empezó a dar cuenta gracias al tacto y olor del champú, de los tipos de peinados, etc. que la peluquería era lo suyo.

Eva para devolver el favor a María, trajo más clientela de todos los pueblos más cercanos y el negocio de la peluquería fue un éxito.

Finalmente siguieron trabajando en ese negocio hasta su jubilación y cada una convivío con su compañera lo mejor que pudo a pesar de sus enfados prácticamente por día.

Salvador Moya Muñoz.

El futuro.

Relatos sobre el futuro profesional.

Érase una vez una niña llamada Luz, ella no sabía si estudiar Bachillerato o hacer un módulo de Auxiliar de Enfermería. Ella había estudiado 3º y 4º de Diversificación y le habían dicho que ella no tenía suficiente nivel para entrar en Bachillerato pero que si ella quería y se esforzaba, lo podía intentar. A Luz le gustaba la Enfermería porque su tía había estudiado eso y le iba muy bien. Si estudiaba ese módulo que duraba dos años, y uno de ellos consistía en hacer prácticas en algún lugar de la ciudad para poder formarse.
No tenía mucho tiempo para pensarse su decisión, ya que el final del curso se acercaba.
Un día por la tarde, Luz fue al médico porque su abuelo estaba allí hospitalizado, y cuando iba por los pasillos vio a una mujer que estaba muy enferma, y a su lado iba una enfermera animándola para que siguiera adelante. En ese momento, se dio cuenta  de lo que verdaderamente quería estudiar y así podría ayudar a los enfermos que lo pasaban mal. En Junio, Luz aprobó y se matriculó en el módulo y durante ese curso aprendió que mucha gente lo pasaba muy mal y necesitaba el apoyo de una enfermera porque algunos no tenían familia.

FIN

Luz María Burrero Torres.

Ana

Relato sobre futuro profesional.

Imagínate que todos tus sueños de un futuro y un bien para ti se estrellan. Hablo de él, un chico con 17 años que quería ser farmacéutico, llamado Evaristo.

Todo comenzó en 4 de ESO, él empezó a bajar las calificaciones de los exámenes, nada de esto estaba en sus planes, ya que tenía las ideas tan claras de lo que quería llegar a ser en un futuro al finalizar sus estudios.

Evaristo se dio cuenta que algo en el estaba fallando. Fue una tarde noche cuando se encontraba haciendo sus tareas, no podía concentrarse en ello, debido a que no dejaba de pensaren ella,una chica llamada Ana. Poco a poco se fue enamorando más y más de Ana, pero ella solamente le veía como uno de sus mejores amigos.

Los padres de Evaristo estaban muy descontentos con él, ya que sabían que si seguía así no llegaría a las notas medias para entrar en el módulo de farmacia.

Evaristo se esforzó tanto que en junio no le quedaron ninguna, el estaba feliz por sus calificaciones y a la vez triste porque Ana solamente lo veía como un simple amigo.

Fue a matricularse en el módulo de farmacia en Castilleja de la Cuesta, cuando uno de sus profesores vio sus notas medias y le dijo que le faltaba casi un punto para entrar en el módulo que tanto deseaba.

El joven Evaristo se desilusionó mucho, pero Ana le ayudó a entrar en un módulo de comercio en un instituto de Sevilla que era privado.

Él se motivo por haberle ayudado ella y entró en ese módulo. Estaba feliz porque ella también entró y la podía ver todos los días. 

Evaristo aunque estuviera en la misma clase con ella, se dio cuenta de que tenía que estudiar para poder llegar a ser en un futuro farmacéutico. En cambio, Ana se enamoró de otro chico, pero él solo la veía como una amiga. Ana dejó de estudiar.

En fin de curso Evaristo aprobó el módulo de comercio y pudo meterse en el módulo de farmacia. Sin embargo Ana tuvo que repetir.

María Rodríguez Calle.

Aficiones urbanas.

Relatos sobre el futuro profesional

Con las manos llenas de pintura, un rulo en mano y diversos colores en spray, dos amigos se dedican a pintar diferentes muros de la ciudad, plasmando en ellas líneas y sombras, dando lugar a sus mejores graffitis. Cada vez cuesta más salir a pintar ya que el tema está bastante controlado por la policía y en ocasiones han tenido que salir huyendo y quieren probar emociones y cosas nuevas. Poco a poco conocen a gente que hace bmx, una modalidad de montar en bicis especiales para poder dar saltos y hacer trucos en la calle, saltar bancos o diferentes obstáculos. Uno de los dos amigos ya tiene una bicicleta de bmx y el otro comienza a interesarse en el tema y no tarda en comprarse una. Lentamente, cada vez salen menos a pintar y hacen más bmx. Las diferentes piezas rotas de una de las bicis de los dos amigos, hacen que su dueño tenga que gastarse el dinero casi todos los meses en arreglarla. Pero un día se rompió una pieza fundamental y decidió no hacer mas bmx hasta que no comprara una bici nueva, la que quería desde hace un año. Al no tener una bici disponible, vuelve a salir más a pintar y cada fin de semana  vuelve a las calles junto a su amigo para plasmar sus mejores dibujos. Al cabo de varios meses, después de haber huido un par de veces de la policía, comienza a echar de menos la bmx y en ese mismo mes consiguió ahorrar el dinero de la bici, que por ese tiempo estaba de oferta. Cuando la compró se dedicó por completo a la bmx junto a sus amigos, incluido el que salía con él a pintar. Finalmente se hicieron profesionales de este deporte aunque de vez en cuando salían a las calles para seguir plasmando en los diferentes muros de la ciudad sus mejores  trazos.

                                                                                                 -Diego.J Pulido